La obra sugiere la existencia de una sociedad donde los hombres se
dividen en Notables, Grandes y Pequeños, estando los Notables en la cúspide de
la pirámide intelectual y económica. Uno de estos notables recibe por correo
una caja supuestamente enviada por el Diablo, e invita a una reunión en su casa
a un Pequeño y un Grande para descubrir si las mágicas propiedades de la caja
son reales. Con mucho humor e ironía, la obra seguirá a estos personajes
durante toda una noche donde solo sobrevivirá el más astuto.
No es común que un dramaturgo tenga oportunidad de hablar con el futuro
director de su obra, antes de escribirla. Pero así fue con Carlos. En una
conversación, después de una función de 75 puñaladas, surgió el tema de:
“Estoy pensando en una obra sobre una caja enviada por el Diablo…”. Él se
enganchó con la idea, y yo aún más con lo que venía haciendo. En unas semanas
más, el texto de Un tonto en una caja terminó de tomar forma. Y de ahí
en adelante fue de esos proyectos que toman vida propia desde el principio,
convirtiéndose en lo que ahora es: una obra con el sello de Bonjour mon amour,
que ha crecido más allá de texto, y me muero por ver.
Martín
Giner