Yerma es una nueva coproducción de Teatros de Murcia con compañía local, y una nueva incursión en el amplio y mágico mundo lorquiano. La obra transcurre como una auténtica tragedia contemporánea, en la que los elementos populares se combinan de brillante manera con los míticos.

Su estreno en Madrid, a finales de 1934, tuvo excelentes críticas de intelectuales como Unamuno o Díez-Canedo, pero serios problemas de recepción por parte del público ultraconservador de la época. Margarita Xirgú y Enrique Diosdado encabezaron aquel reparto. 26 años después se repuso con dirección de Luis Escobar, y Aurora Bautista en el papel principal. Ya en 1971, la compañía de Nuria Espert produjo un imaginativo montaje de Víctor García, que recorrió teatros de todo el mundo con enorme éxito. La obra de Lorca ocupaba por fin el lugar que merecía en la historia de la representación. En 2012, Miguel Narros volvió a ponerla en escena, con Silvia Marsó en el papel protagonista. Tanto el montaje de Víctor García como éste se vieron en nuestro Teatro Romea. También hay una adaptación al cine, en 1998, dirigida por Pilar Távora, con Aitana Sánchez-Gijón, Juan Diego e Irene Papas en el reparto.

En los primeros días de 2017, la compañía murciana Doble K Teatro, de la mano de Javier Mateo, recupera este fascinante texto, en el que el autor, como hizo en su anterior, Bodas de sangre, y hará en La casa de Bernarda Alba, utiliza el simbolismo para tratar temas como la maternidad, ligado de manera inevitable con el de la fecundidad. Para ello García Lorca se sirve del motivo del agua de la fuente, con su incesante manar; de la flor frente a la roca, o de la sequedad dramática de la arena. Todo ello conduce a cierta ritualidad, que emparenta esta tragedia contemporánea con las más patéticas y categóricas tragedias clásicas.