Insolación nos habla del encuentro de dos latitudes españolas, el norte y el
sur, como metáfora de las clases sociales imperantes en la España de finales del siglo
diecinueve. La clase aristocrática y sus estrictas leyes sociales frente a la España más
popular con una moralidad menos asfixiante y más libre. La autora presenta el
encuentro entre la gallega marquesa de Andrade y el apuesto gaditano Pacheco que
viene a romper la pacífica y acomodada vida de la marquesa. Lo interesante que
muestra la autora en esta novela que ahora llevamos a su versión para la escena no
es la lucha de estas dos personalidades sino su encuentro, no es un mensaje
segregador, al contrario, unifica y nos hace intuir que la separación entre clases en la
España del diecinueve empieza poco a poco a transformarse.
El discurso y las acciones de los protagonistas es en cierto modo revolucionario
y no me extraña las críticas machistas y el escándalo que produjo la publicación de
esta novela. Emilia Pardo Bazán nos describe a Asís Taboada como una mujer que se
revela como heroína posromántica, describiendo el amanecer de la pasión dentro de
ella y siendo consecuente con lo que le despierta Pacheco, su última acción
mostrando su amor públicamente nos hace descubrir que las mujeres empiezan a
reivindicar su papel social y político.
El sol de España como elemento determinista hace que las pasiones ocultas
florezcan en un precioso y caluroso día de San Isidro. Imaginamos la puesta en
escena de este nuevo texto dramático en un espacio natural, abierto a los influjos del
astro supremo sobre la ciudad de Madrid, con el cielo y los sonidos de esa ciudad
que empieza a despertar hacia un siglo que se avecina determinante para el futuro de
las relaciones entre hombres y mujeres.
Gracias a Pedro Víllora y a Celestino Aranda por dejarme redescubrir a Emilia
Pardo Bazán de mano de esta novela increíble y preciosa donde todo huele a libertad
y a amor. LUIS LUQUE