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El eunuco
26 de Octubre 2014
Dirección:
Pep Antón Gómez
Reparto:
Pepón Nieto / Anabel Alonso / Alejo Sauras / Jorge Calvo / Antonio Pagudo / Marta Fernández Muro / Eduardo Mayo / Jordi Vidal / María Ordóñez
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'El eunuco' de Terencio. Versión libre de Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez. Imagínate en Atenas. Un joven fogoso con las hormonas
alborotadas. Se enamora de una esclava. La esclava, lo es de una
cortesana. La cortesana tiene un amante. El amante es el hermano mayor
del joven fogoso, que quiere hacerle un regalo. A la cortesana. Por eso, le compra un
eunuco. Pero aún no se lo ha dado. El joven se entera. De lo del regalo, de lo del eunuco.
Y, como acceder a la casa de la cortesana para poder enamorar a la esclava, tarea fácil no
es, decide suplantarlo, reemplazarlo. Al eunuco.
¿Te lo imaginas? Imagínatelo.
Y, a todo eso, ahora añádele un criado que no quiere, y una criada que no se entera, y un
soldadete enamorado de un generalete, y un generalete que no sabe, que duda, que si
carne que si pescado, y un cilindro, – bueno, no, un cilindro no. Un hombre, pobre, que
así se llama, Cilindro –, y pasillos, súmale muchos pasillos.
¿Lo tienes?... ¡Bien!... Pues, si llegados a este punto, aún no tienes la cabeza hecha un
lío, ahí va el acertijo: Todo esto, junto... ¿qué es?...
Va, te damos una pista... Drama, no es.
Solución: EL EUNUCO, de Terencio. Esta vez en una versión divertida, trepidante y felizmente
libre de Jordi Sánchez y Pep Anton Gómez. Nueve personajes enloquecidos por el amor, el dinero,
la pasión, el orgullo, los celos y los equívocos (¡tantos equívocos!). Nueve personajes, sí. Y otras
tantas historias que se entrecruzan en un montaje que transita sin rubor por el teatro clásico
grecolatino y el musical, la comedia de situación y el vaudeville. Nueve personajes, otras tantas
historias y un ritmo endiablado en lo que pretende ser y será toda una fiesta de principio a fin.
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Lo decía, y con más razón que un santo de los que se han ganado a pulso serlo, Jérôme Savary, amante de la comedia, el circo, el carnaval, el cabaret, el cachondeo y los escenarios inundados de magia: «Un espectáculo aburrido es un crimen». Y gordo, un crimen de los muy gordos, de los que necesitan de varias temporadas de ‘CSI’ –ya sea en Las Vegas, ya sea en Miami– para ir haciéndote una idea de lo gordos que son. Lo digo, un poco por hacerme el interesante en domingo y, sobre todo, porque si algo no es este ‘Eunuco’, que el viernes arrasó en San Javier, recién llegado de arrasar también en el 60 Festival de Mérida, es aburrido. Ah, eso sí que no: he aquí el cachondeo puro, el cachondeo con salero, el cachondeo bien trabajado, el cachondeo que parece caído del cielo, y el cachondeo que te deja el cuerpo –que ya va teniendo unos añitos– hecho una fiesta sideral. Y en eso se transformó el Auditorio Parque Almansa –lleno como si repartiesen gratis ‘dobles de carne con queso’–, en un jolgorio de los que levantan el ánimo y, cuando acaba la función, te dejan con cara de tonto; me refiero, sobre todo, a los que no la traían ya puesta de casa. Miren: era ya tal la juerga montada, el oleaje de risas, la diversión en estado puro y en estado de gracia, que llegó un momento –‘me cago en la leche’, que diría Arturo Fernández–, que habría dado igual que los actores se hubiesen puesto, todos a la vez, a cantar ‘Mi jaca’, o a torear una vaquilla, pelar un conejo de granja, lavarse unos a otros la cabeza, retorcerse el pescuezo, freír champiñones o ponerse a buscar entre el público a la mamá italiana de Marco. En este ‘Eunuco’, que tras haberlo cogido por banda Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez, se parece al escrito por Terencio lo mismo que María Teresa Campos y Bigote Arrocet a Angelina Jolie y Brad Pitt, todo funciona muy bien: el texto, los números musicales, la iluminación, la escenografía, el vestuario, la dirección, los ritmos y, por supuesto, las interpretaciones de todos. ¡Gracias, chicos!: Anabel Alonso (Thais), Marta Fernández Muro (Filipa), Jorge Calvo (Parmenón), Pepón Nieto (Fanfa), Jordi Vidal (Pelotus), María Ordóñez (Pánfila), Alejo Sauras (Lindus) y Eduardo Mayo (Cilindro). Qué bien funciona este vodevil pop, este ‘show’ antimuermo, esta comedia de enredos, amoríos, bobos, gordos, apasionados amantes, sexo según gustos, azares, pillos, golfos, golfas, militares-‘locas’, locas a pelo, dioses del Olimpo y memos terrenales. Qué gran canto, ligero de cascos, al amor ídem. Y se agradece que, además, ni se haya recurrido a la escatología, ni al pésimo gusto, ni al humor grueso. La chispa salta por todos lados, aunque es cierto que, en manos del mejor Pepón Nieto de los últimos años, esa chispa se transforma en fuego: está el tío que arde de buen hacer cómico, en su mejor línea ascendente desde ‘Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí’. Anda que no va a tener muchísimos llenos por toda España esta libérrima versión musical –disfrutarla con la música en directo ya tiene que ser la pera–, de la más popular comedia de Terencio, que pasados los siglos por su cadáver, y ‘viendo’ este estupendo montaje, estará muerto de risa –sobre todo lo primero– en su tumba. (Antonio Arco - La Verdad)
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