Es ya un secreto a voces: la mayor revelación que ha dado la copla en los últimos
años y el productor que más ha revitalizado el género, han grabado un disco juntos.
Antonio Cortés y Javier Limón. El encuentro entre ambos es una verdadera reunión en la
cumbre. Y a la vez en la intimidad. Porque “Los secretos de la copla” es un trabajo
desprovisto de artificios. Para las distancias cortas y con un largo recorrido por delante.
Coplas de esas que nunca aparecen en las antologías, boleros llevados a su propio terreno y
sendos homenajes a las más grandes: a Carmen Amaya (con un tema escrito por el propio
Limón para la ocasión) y a Rocío Jurado (con una rompedora versión de “Señora” como
primer e impactante single).
En este tercer disco, Antonio Cortés da un paso de gigante como intérprete. A tono con los
arreglos, su voz va directa a la esencia. Y suena mejor que nunca. Dulce y a la vez poderosa.
En ocasiones contenida como quien susurra al oído una confidencia. En otras, inmensa como
quien clama al cielo. Si Raphael y Rocío Jurado hubiesen tenido un hijo juntos,
probablemente cantaría como lo hace él. Pero nunca sabremos si procede de alguna dinastía
artística, porque, lejos de ser hijo de celebridades, Antonio Cortés es huérfano por partida
doble...
La suya es una historia que supera cualquier ficción. De un orfanato de Rumanía a príncipe
de la copla. Cuando ni tenía uso de razón, le adoptó en Bucarest una familia malagueña,
cuyo padre fallecería poco después. Creció y sigue viviendo en su Nerja del alma. Cantaba
solo de manera casi furtiva. Lo más atrevido, saetas desde su balcón; hasta que, con 19
años, se presenta en el 2007 a la mítica primera edición del programa de Canal Sur “Se llama
copla” y se convierte en su más rutilante descubrimiento.