Es el día más esperado. Se entregan los Premios Annual. Una ceremonia de la que están pendientes los profesionales de todos los ámbitos de la sociedad. Gastronomía, arquitectura, deporte, las letras, las artes plásticas, los empresarios... Están todos los que son y son todos los que están. O como se diga. Éste es el pretexto para realizar una sátira sobre este tipo de eventos, en los que el sentimiento más frecuente es la vergüenza ajena, y satirizar también a los distintos personajes y perfiles a los que se endiosa a veces con razón. Una ceremonia por la que desfilan casi treinta personalidades, que tienen algo en común, además de las ganas de vomitar por los nervios: son interpretados por dos actores. Podría ser una noche de monólogos con pajarita, una fiesta de disfraces e imitaciones o una zarzuela dirigida por Tarantino. Pero mejor... Pensad en los Premios Príncipe de Asturias. Pensad en Transformers. Pensad en Gila. Porque tiene elementos de los tres. Y viene con sorpresa. No aparecen los hombres de negro de la Unión Europea.